lunes, 22 de abril de 2013

VER Y OÍR UNA IMAGEN: "Metrópolis", George Grosz.

                                                                "Metrópolis", George Grosz.

Tras haber realizado una descripción en profundidad sobre cómo analizar las imágenes, según el artículo "Ver y oír una imagen", de Aurelia Sanz, pondré en práctica los pasos indicados para analizar una obra de Grosz, "Metrópolis".

En primer lugar tenemos la fase descriptiva, en la que se debe analizar de manera objetiva lo que se ve. En este caso, se puede observar una ciudad llena de gente en movimiento, muchas de las personas carecen de rostro y evocan a las figuras de los fantasmas, edificios grandes, con distintos locales como un Café,  una bandera de EEUU, un edificio en ruinas, que da sensación de catástrofe, vehículos como carros o un tren, y animales como perros o caballos. Es una escena nocturna, iluminada por la farola del centro. 

Una vez que se ha descrito lo que se puede observar a simple vista, pasamos a una segunda fase, denominada fase interpretativa, en la que se debe reflexionar sobre la intención del autor y qué quería decir con esta obra. En este caso podemos observar diferentes simbologías. Por un lado, podemos observar una bandera, que representa a un país (EEUU). Esto, si lo asociamos a que Grosz tenía una gran fascinación por las grandes ciudades del norte de América, y a que emigró allí cuando los nazis tomaron el poder en Alemania, adquiere un gran sentido. 
Por otro lado se puede observar una cruz, que representa la muerte y la religión.

Centrándonos en los edificios y medios de transporte, y teniendo en cuenta la fecha de realización de la obra (1916-1917), podemos deducir que se trata de una gran ciudad, en la que el reina el caos y la desesperación, fruto de una gran guerra, como la Primera Guerra Mundial. Como algunas de las palabras que aparecen son alemanas, es espacio representado tiene que ser una gran ciudad alemana, como Berlín. Por tanto, el autor quiso representar el dolor y la angustia, el desastre y el caos producido por la Primera Guerra Mundial.

Todo esto nos lleva a la tercera fase, la fase emotiva, en la que podemos indicar las emociones que nos evoca la imagen. En este caso, la imagen expresa dolor, movimiento, angustia, miedo, terror, tensión, caos, misterio, desastre, confusión, destrucción, muerte... Pero también hay que tener en cuenta que todos estos sentimientos no van a ser los mismos para todos los observadores, ya que cada persona es diferente. No va a ser lo mismo para alguien que ha vivido una guerra, que para otra persona que no la haya vivido. 

Todas estas sensaciones han sido representadas voluntariamente por el autor, ya que su intención era recrear el ambiente que se estaba sufriendo en ese instante. Para ello, mediante la fase analítica, se debe reflexionar sobre cómo consiguió el autor evocar esas sensaciones. En relación con el color, aparecen colores rojos, naranjas, amarillos y negros, colores cálidos que producen miedo, dolor, sufrimiento, movimiento. 
El espacio es muy reducido, rodeado de edificios elevados y grandes, donde las calles están llenas de gente, y todo ello produce una sensación de agobio, de falta de espacio, en la que llega a faltar el aire.
La falta de luminosidad indica que la escena es nocturna, donde la luz es artificial, producida por la farola y la luna. 
El cuadro se pintó en un cuadrado, donde predominan las líneas verticales, como la farola y los edificios, y las horizontales que las cruzan, que indican movimiento y desorden. 

Todo este análisis se puede finalizar con otra fase, en la que se puede pensar sobre los sonidos que se podrían escuchar en esa escena. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario